La diseñadora de interiores Miriam Alía comparte su visión vibrante y emocional del interiorismo y su papel como jurado en el concurso nacional de fotografía X-PACE PHOTO CONTEST de FUJIFILM y COSENTINO.

Con una estética inconfundible marcada por la sofisticación, la vitalidad y la emoción, Miriam Alía se ha consolidado como una de las voces más singulares del diseño de interiores en España. Su universo creativo, repleto de color y sensibilidad, convierte cada espacio en una experiencia sensorial y narrativa. “Siempre quiero que los espacios se sientan vivos, que provoquen una emoción. Cada proyecto debe tener personalidad y hablar por sí solo”, explica.

Para Alía, el alma de un interior se construye a través de capas cuidadosamente pensadas: contrastes, texturas, piezas con historia y una paleta cromática inesperada pero armónica. “Me gusta pensar en los interiores como collages emocionales”, afirma, destacando la importancia de la intención en cada elemento decorativo. Nada está puesto al azar.

 

Cuando no encuentra la pieza ideal para un proyecto, la diseña. Cada una de sus creaciones surge de una necesidad concreta y se convierte en protagonista del espacio. “Diseño algo nuevo porque no existe lo que estoy buscando. Esa pieza debe tener carácter, pero también dialogar con todo lo que la rodea”.

Su enfoque va más allá del diseño: también piensa en cómo se percibirán los espacios a través de la fotografía. “La fotografía es una prolongación del estilismo interior”, señala. Sin embargo, lo que realmente valora es la capacidad de una imagen para capturar la atmósfera con honestidad, incluso con imperfecciones: “La honestidad visual tiene más poder que cualquier artificio”.

Su sensibilidad visual la ha llevado a formar parte del jurado del I Concurso Nacional de Fotografía de Arquitectura e Interiorismo X-PACE PHOTO CONTEST, organizado por Fujifilm y Cosentino. En este contexto, Alía busca imágenes que vayan más allá de la estética. “La luz debe ser la gran protagonista, el encuadre tiene que sugerir. Quiero fotografías que me atrapen, que despierten mi curiosidad. La fotografía de interiorismo tiene que emocionar, no solo documentar”, concluye.

Para Miriam Alía, el interiorismo y la fotografía se unen en un mismo lenguaje: el de la emoción, la intención y la belleza con alma.