Arquitectura líquida para un hotel de Macao.

Blanca Méndez Padilla

Zaha Hadid ha conquistado a medio mundo con una impactante arquitectura marcada por las formas curvas.

La isla de Macao (China) es el destino de entretenimiento más popular de Asia y recibe alrededor de 32 millones de turistas al año. Desde junio de 2018, el conocido hotel Morpheus forma parte de su City of Dreams —Ciudad de los Sueños—, un lujoso complejo turístico que alberga un casino, dos teatros, una importante zona comercial, 20 restaurantes y cuatro hoteles.

Antes de que el proyecto llegara al estudio de Zaha Hadid en 2012, la parcela había sido cimentada para una obra que finalmente no se realizó, y la arquitecta decidió aprovechar aquellos cimientos para levantar el que hoy está considerado uno de los mejores hoteles del mundo.

Las 40 plantas del Morpheus albergan 770 habitaciones, suites y villas; también ofrecen más de 1000 m2 de espacios comerciales, instalaciones para llevar a cabo reuniones y eventos, salas de juego, un patio en el vestíbulo, restaurantes, spa y piscina en la parte más alta.

La extraordinaria y llamativa fachada —un exoesqueleto con tres grandes oquedades— está inspirada en la milenaria tradición china del tallado del jade. El conjunto consta de dos torres, cuya unión da lugar a un escenario de tres alturas; los orificios hacen de ventanas que conectan el hotel con la urbe y, a modo de vórtices, generan el movimiento necesario para llenar los vacíos del interior, definiendo sus impactantes áreas públicas. Esta original distribución se traduce en suites esquineras únicas con impresionantes panorámicas tanto al interior del patio como a la ciudad, muchas estancias con vistas y mismo número de habitaciones a ambos lados.

Y, por si le faltaba algún detalle, el broche lo pone el primer restaurante en Asia del legendario Alain Ducasse, chef que se caracteriza por su fusión de la cocina provenzal con la mediterránea. Sus platos de vanguardia, basados en una alimentación sostenible y saludable, lo han llevado a ser el rey de un imperio gastronómico de referencia mundial con más de 20 estrellas Michelin.

El Morpheus es la primera construcción de gran altura (160 metros) con un exoesqueleto que permite una arquitectura libre. Gracias a la geometría de su estructura —en la que se utilizaron alrededor de 28 toneladas de acero—, no fueron necesarios ni muros interiores ni columnas, lo que ha favorecido la creación de un hotel de lujo con espacios infinitos.

Los proyectos de Zaha Hadid confirman una y otra vez su máxima de “romper los límites de la arquitectura”; es decir, convertir los edificios en paisaje y examinar las barreras físicas y formales de las construcciones.

“romper los límites de la arquitectura”

— Zaha Hadid

Zaha Hadid.

Quienes llevaron el proyecto al estudio de Zaha Hadid sabían que el resultado sería uno de los hoteles más espectaculares del mundo, como quedó demostrado en junio de 2018, cuando el Morpheus abrió sus puertas.

Zaha Hadid se formó durante los años setenta en los ambientes del movimiento deconstructivista londinense. Poseía un carácter propio siempre reconocible, un lenguaje único. Arquitecta, inmigrante y de origen iraquí, brillaba en un ámbito profesional que nunca había sido considerado apto para las mujeres. No es casualidad que fuera la primera y —hasta el momento— única fémina galardonada con el prestigioso Premio Pritzker (2004), reconocimiento que marcó un antes y un después en su carrera.

Sus proyectos confirman una y otra vez su máxima de “romper los límites de la arquitectura”; es decir, convertir los edificios en paisaje y examinar las barreras físicas y formales de las construcciones. Las propuestas de Hadid rompen con lo común, lo habitual, lo lineal. Su estilo domina a la perfección las formas curvas que caracterizan su arquitectura líquida.