En la bisutería Cilveti una vez se traspasa la puerta, todo evoca a vivir la vida en rosa. Resuenan en la cabeza las primeras notas de la canción francesa de Edith Piaf al entrar al local. No se equivocan, ya que este espacio se respira una atmósfera en la que el actor dominante es este color. Sube Interiorismo ha sabido vincular con maestría este tono con el público femenino.

Las baldosas hidráulicas -rosas con dibujo blanco- recuerdan al visitante que se encuentra en Bilbao, en cuyo pavimento característico se ha inspirado el estudio a la hora de diseñar el suelo. Al alzar la mirada, se puede observar que este motivo cobra vida propia en el techo y la pared del fondo, a modo de moldura.

Toda la paleta cromática y de materiales evoca al rosa: las lamas de roble natural que colonizan las paredes o el latón dorado brillante de las lámparas. Para romper con la linealidad, han jugado con los volúmenes que proporcionan las vitrinas exentas en forma cubo y realizadas en madera lacada blanca, con otras empotradas en las propias lamas.