ESPACIO RUBIO

Un mundo de colores y nostalgia

Texto: Blanca Méndez Padilla | Fotos: Luis Beltrán | www.masquespacio.com

Masquespacio diseña para la marca de papelería una tienda singular. Un espacio con identidad muy acorde con la personalidad de la firma y perfecto para los usuarios.

Masquespacio —un estudio de diseño de interior y marketing fundado por Ana Milena Hernández y Christophe Penasse— ha sido el encargado de desarrollar esta propuesta original, la primera flagship store de Cuadernos Rubio en su ciudad, Valencia.

El objetivo de una flagship es conseguir el punto de venta más importante de la marca, un local que ofrezca un valor añadido: que la compra o la visita se convierta en una experiencia divertida y sea un recorrido por la trayectoria de la compañía.

En esta ocasión Masquespacio no solo lo ha conseguido, sino que, además, el proyecto nos teletransporta a la infancia, la frescura, la inocencia y la diversión; a lo que Cuadernos Rubio lleva transmitiendo desde hace más de 60 años. Han concebido un universo futurista marcado por un carácter interactivo que incluye una mirilla curiosa, una
máquina del tiempo, una ruleta con la historia de la empresa, un túnel del color y una sala de lucigrafía.

La afamada editorial de cuadernos didácticos –que durante muchos años ha acompañado en su crecimiento a niños y niñas– tenía claro que necesitaba un establecimiento con identidad, y para ello Ana Milena Hernández, directora creativa del estudio, asegura que “fue muy fácil entender la idea de la firma y presentar un planteamiento futurista, con neones y metacrilatos de colores potentes que les permitieran viajar en el tiempo sin perder su esencia”. Además, gracias al revestimiento que han usado en toda la tienda –una extensa profusión de gresite que se extiende desde las paredes hasta el mostrador en una solución continua y que se asemeja a una hoja en blanco–, “se ha logrado la sensación envolvente de aterrizar en uno de sus cuadernos”.

Masquespacio ha contado con Insca Shopfitting para que sus muebles dieran vida a sus bocetos con una armoniosa conjunción de materiales y formas, que plasman la personalidad de Cuadernos Rubio y “su historia, la vivida y la que está por vivir”, nos dicen en Insca.

“Fue muy fácil entender la idea de la firma y presentar un planteamiento futurista, con neones y metacrilatos de colores potentes"

El mobiliario perimetral se fabricó con estructuras murales de chapa troquelada que incorporan retroiluminación con metacrilato opalescente blanco, cuyo propósito es mostrar por secciones y materias todo el planeta Rubio.

El componente metálico se ha realizado mediante acero al carbono con pintura epoxi de alta resistencia. Las placas de metacrilato son de masa y color uniforme, y su mecanización y la colocación específica de luz led consigue un efecto de dispersión, cuyo principal exponente es la caja de realidad virtual.

La sala de lucigrafía está forrada con un elemento ignífugo y revestida con vinilo fotoluminiscente, y sus formas impresas destacan cuando el niño aplica luz mediante una pequeña linterna.

En el diseño de este sitio lúdico y creativo se ha buscado en todo momento la interacción con el público —infantil y adulto—, bien de forma analógica: la escritura, la ruleta del tiempo y las operaciones matemáticas —todas realizadas en chapa metálica—, bien de manera digital: tablets o gafas 3D.

Otro objetivo de Rubio con la creación de esta flagship store es divulgar su producto entre los profesionales de la docencia, formar a empleados y distribuidores y, también, funcionar como punto de recogida de la venta online.
En la entrada reciben al visitante neones de intensos amarillos y azules; un mostrador da paso a la zona de cuadernos de cálculo, escritura y lectura, todo junto al área de formación para talleres. El túnel de color confluye en el universo Rubio y la máquina del tiempo es allí la protagonista. Un espacio para los atrevidos que llegan hasta la sala de lucigrafía. Un mundo de colores, de recuerdos, de nostalgia del pasado y del presente de los más pequeños.