OHLAB

Texto: Alejandra Mariner i Fotos: Cedidas por OHLAB i www.ohlab.net

“Lo más importante para nosotros es tomar cada proyecto como un reto único donde encontrar oportunidades para mejorar"

Paloma Hernaiz y Jaime Oliver son el tándem artífice de Ohlab, un estudio de interiorismo y arquitectura que añade a su creatividad pautas medioambientales y sociológicas, con el fin de lograr el resultado perfecto para cada cliente y en cada situación. Desarrollaron esta forma de trabajar y de pensar a lo largo de los años en distintos continentes, antes de establecerse en la isla mallorquina. Desde allí operan en la actualidad junto a un equipo multidisciplinar de profesionales, sin dejar de lado ese alcance internacional que les ha llevado a recibir numerosas distinciones y reconocimientos —como el reciente INSIDE del World Architecture Festival al mejor Diseño de Hotel por Can Bordoy—, lo que les posiciona entre los más destacados dentro de su sector.

¿Cómo fueron sus inicios como estudio? ¿Qué circunstancias les llevaron a establecerse en primer lugar en Shanghái, para pasar su sede después a Madrid y, por último, a Palma?

Paloma estudió arquitectura en la ETSAM de Madrid y Jaime en la ETSAB de Barcelona, aunque nos conocimos más tarde
en Nueva York estudiando un posgrado en la Universidad de Columbia. Después de trabajar unos años en esa ciudad, iniciamos una investigación académica sobre urbanismo con la que estuvimos viajando varios meses por diferentes países del sudeste asiático. Nuestra última parada fue Shanghái, que nos pareció una ciudad increíble, y decidimos quedarnos. Posteriormente nos trasladamos a Pekín para colaborar con OMA / Rem Koolhaas en una serie de propuestas muy interesantes. A Madrid nos mudamos por motivos familiares, y abrimos una oficina provisional que fue creciendo improvisadamente. Hace cinco años inauguramos estudio en Mallorca, desde donde podemos concentrarnos más en nuestra labor.

¿Cuál es su principal filosofía a la hora de poner en marcha un proyecto?

Lo fundamental para nosotros es tomar cada uno como un reto único donde encontrar oportunidades para mejorar o, al menos, comentar de manera crítica ciertos aspectos que consideramos relevantes en la sociedad actual. Investigar previamente y cuestionar los criterios preestablecidos es muy importante para encontrar esas oportunidades.

“Cambiar el chip en cada proyecto enriquece las respuestas que damos en cada ocasión"

La sostenibilidad es uno de los pilares en prácticamente todas sus obras. ¿Consideran que es un elemento imprescindible en la arquitectura actual o depende de cada necesidad y posibilidades?

La sostenibilidad y la eficiencia energética son elementos indispensables en todos los proyectos. No se trata de un argumento que añadimos al final como un gorro decorativo, sino que es fundamental en el planteamiento y el enfoque inicial.

¿Creen que ya está todo inventado, o se puede innovar hoy en día respecto al aprovechamiento energético de un edificio?

Siempre se puede innovar en este sentido. Sobre todo, al considerar la sostenibilidad como una cuestión de eficiencia energética y de recursos. No se trata solo del diseño y gestión de los sistemas pasivos y activos de climatización y energía, del origen y trazabilidad de los materiales, del control del consumo y producción de la energía, sino también de la forma de idear el programa y funcionamiento de los inmuebles. Queda mucho camino por recorrer en cuanto a la visión global y holística de los edificios y las ciudades.

¿Qué cualidades dirían que les diferencian de la competencia y que les han hecho merecedores de una distinción —por parte de distintos medios especializados— como uno de los estudios con mayor proyección de toda Europa?

Iniciamos cada propuesta como un reto único, cuestionando el planteamiento y los requerimientos. A menudo las mejores oportunidades no están solo en las respuestas, sino en crear las preguntas más apropiadas. Intentamos trasladar esa manera de pensar de forma rigurosa a todas las escalas del proyecto.

¿Qué es lo más fácil y lo más difícil a la hora de coordinar a quince profesionales de distintas áreas como son la ingeniería, la arquitectura y el interiorismo?

El estudio está compuesto por un equipo multidisciplinar de muchísimo talento con el que estamos muy contentos. Cada uno aporta una visión única y particular, pero trabajamos de un modo muy colaborativo desde el inicio y los profesionales van cambiando según las necesidades de cada caso. De esta forma intentamos incluir a más gente. También nos apoyamos en colaboradores externos que participan desde las fases iniciales. La parte del diseño, planteamiento y dirección de equipos nos gusta más. Nos resulta más difícil la parte de administración, contabilidad y gestión del estudio como empresa; nos gusta menos, pero sabemos que es fundamental para nuestra sostenibilidad.

Haciendo un repaso a su portfolio pueden apreciarse proyectos de muy diferentes estilos entre sí. ¿Qué priman ustedes a la hora de idear: la originalidad, el público al que va destinado, la funcionalidad, las peticiones del cliente…?

Efectivamente, lo que tienen en común es que tienen poco en común formal o estilísticamente. No creemos en poseer un estilo propio que caracterice nuestro trabajo. Preferimos estudiar cada encargo como un reto único y dotarlo de carácter propio. Lo que sí tienen en común es nuestra preocupación por aprovechar cada uno de ellos para investigar y replantear el programa, los requisitos y las preexistencias, y poder aportar respuestas o comentarios sobre la sociedad contemporánea. Hay temas recurrentes que nos interesan y que aparecen con frecuencia, como la eficiencia energética, la escenografía y la participación de los usuarios como actores, pero realmente cada caso conlleva unas preguntas propias.

Desde hoteles hasta tiendas, pasando por viviendas unifamiliares, oficinas, museos, restaurantes… ¿Tienen alguna preferencia?

Nos gusta trabajar en diferentes tipologías. Pensamos que cambiar el chip en cada proyecto enriquece las respuestas que damos en cada ocasión.

¿Han tenido que rechazar alguna vez alguna propuesta para llevar a cabo un diseño? ¿Por qué motivo?

Procuramos encontrar siempre el potencial en cada una, pero también es muy importante elegir bien aquellas en las que trabajamos. Somos una oficina pequeña que dedica mucho esfuerzo y muchos recursos a todo lo que hacemos,
por lo que no podemos tener una producción ilimitada. Los que más nos interesan son los que suponen un reto mayor. Algunas veces tenemos que rechazar algunos porque no disponemos de recursos para hacerlos apropiadamente.

Para el próximo año prevén finalizar la construcción del edificio residencial Paseo Mallorca 15, que sin duda marcará la diferencia en este céntrico emplazamiento de la ciudad, sobre todo por su llamativo exterior de lamas de madera. ¿Qué les motivó a utilizar este material en este contexto tan urbano?

Es un trabajo muy importante para nosotros, pues será un hito, no solo por su ubicación en una esquina muy principal de Palma, sino por ser el primer edificio plurifamiliar certificado Passivhaus de Mallorca y uno de los más altos de España. Tendrá un consumo de energía casi nulo no solo por la tecnología, sino por el planteamiento básico de su arquitectura y el diseño de la fachada en función de los estudios solares, para que pueda beneficiarse de todo el soleamiento en invierno y bloquearlo en verano. La fachada es un elemento fundamental que crea un versátil juego de luces y sombras en las viviendas, lo que permite aprovechar el sol de forma eficiente todo el año. Es una capa cambiante, orgánica y permeable, un reflejo exterior de su interior, un filtro solar basado en las pérgolas y persianas tradicionales mallorquinas. Por este motivo pensamos que era importante que fuera de madera —madera de pino certificada FSC, procedente de bosques gestionados de manera sostenible—, como referencia a sus orígenes y como material de construcción que produce menos emisiones de CO2 y menos impacto medioambiental.

“Queda mucho camino por recorrer en cuanto a la visión global y holística de los edificios y las ciudades"

Han recibido numerosos premios a nivel internacional, entre ellos a la mejor casa de 2017 de Architectural Record de Nueva York, diferentes Win Awards de Londres, el World Arquitecture Festival de Berlín en 2016… ¿Se atreven a destacar uno entre todos los galardonados? ¿Por qué cree que fue caballo ganador?

Todos y cada uno de nuestros trabajos son muy especiales, hayan ganado premios o no. Estos son un impulso importante para el estudio y suponen un reconocimiento para todo el equipo y también para los clientes de propuestas comerciales, que pueden rentabilizar el impacto mediático que a veces pueden suponer. Para nosotros también es una satisfacción que nos anima a seguir trabajando intensamente. Pero no pensamos que uno sea mejor que otro solo porque tenga más galardones. Nuestro mejor premio es la satisfacción de los clientes y usuarios.

Mención aparte merece Xaloc House, que han elaborado junto a Soy Real Estate, y que es finalista para los premios WAF Awards de este año, que se celebrarán en Ámsterdam el próximo diciembre. ¿Qué pueden destacar de él?

Xaloc House es muy importante en la oficina por diferentes motivos. Por un lado, trata con el impacto visual que puede tener una construcción en una montaña que ya está muy edificada, por eso queríamos integrar la vivienda en el paisaje haciendo que la casa llegue a formar parte de él. Por otro lado, queríamos dar un paso más en la eficiencia energética. Hace unos años construimos la primera vivienda Passivhaus en Mallorca, y el reto ha sido conseguir la primera residencia de consumo positivo de la isla, es decir, que pueda generar más energía de la que consume. Pensamos que esto tiene que llegar a ser el estándar de construcción muy pronto.

Como jurados de las tesis finales de proyectos de diseño y profesores de distintos másteres en instituciones de Madrid y Londres, ¿qué valoración pueden hacer de las nuevas generaciones que van a irrumpir en el mercado?

Posiblemente se trata de la generación de estudiantes más informada y más preparada, y esto implica un mayor compromiso con la sociedad y con el medioambiente.

Y por su parte, ¿cuáles son los principales valores que intentan inculcarles?

Investigación rigurosa y pensamiento crítico para dar respuesta a un mundo en constante cambio.

Haciendo gala de imaginación, ¿cómo describirían el hogar perfecto en un futuro a largo o medio plazo?

Si pensamos que el sector de la construcción es causante de alrededor del 40% de las emisiones de CO2, la responsabilidad de los diseñadores es muy alta. Un hogar ideal sería aquel que no solo no consuma energía, sino que, además, aporte su exceso a la red para servicios, que haya utilizado materiales de bajo impacto medioambiental y que incluya cualidades urbanísticas que contribuyan a la interacción inclusiva de sus habitantes con la sociedad que lo rodea.

“Trabajamos los proyectos de una forma muy colaborativa desde el inicio y los profesionales van cambiando según las necesidades”