La sublime experiencia del lujo.
Olaya Bodelón
El estudio español Clavel Arquitectos es el responsable del proyecto de interiorismo de Mix: un restaurante en Dubái que se inspira en el barroquismo de la cultura árabe y que tiene en sus fogones al reconocido chef Alain Ducasse.
En 1885, el zar Alejandro III encargó al joyero Carl Fabergé la construcción de un huevo de Pascua para su esposa, la zarina María Fiódorovna. Este primer pedido, cuyo objetivo fue cumplir con la tradición de la Pascua ortodoxa, se convirtió en una costumbre que se perpetuó entre la familia real y Fabergé hasta el estallido de la revolución rusa. Del mismo modo, el arquitecto murciano Manuel Clavel recibió hace cuatro años el encargo del chef Alain Ducasse de realizar en el hotel Kempinski Emerald el mejor restaurante de Dubái.
En la costa del Golfo Pérsico y junto al desierto de Arabia —sobre el rompeolas de 11 kilómetros de la isla artificial Palm Jumeirah—, se encuentra el Mix Restaurant capitaneado por el chef con más estrellas Michelin del mundo. Un nuevo reto arquitectónico para el equipo de Clavel, que apuesta por los espacios singulares. Aunque, como comenta el propio autor, ha supuesto “un viaje a Marte como diseñador”. Todo se ha concebido y, en gran medida, desarrollado en Murcia, y esto forma parte de la idiosincrasia de su estudio. “Una oficina alejada de grandes centros de producción, pero a la vez con proyectos por todo el mundo”.
Clavel Arquitectos rompe con el concepto de restaurante y busca crear un lugar que se asemeje más a un museo. “Una propuesta que o te fascina o te asusta”, reconoce Manuel Clavel. “Si bien es de interiorismo sobre el papel, en realidad supone la construcción de un edificio dentro de otro edificio; de manera que los límites entre arquitectura e interiorismo se desdibujan”.
En este sentido, su trabajo estaba condicionado por el hotel en el que se inserta, cuyo cuerpo central cuenta con una gran cúpula, dentro de la cual había que llevar a cabo el corazón del proyecto. Clavel visualizó el huevo número 3 de Fabergé: una enorme escultura de 20 metros de altura y 10 metros de diámetro que preside y conecta las tres plantas, así como las diferentes zonas. Esta solución no solo resuelve todos los requerimientos funcionales, también dota al restaurante de mucha personalidad.
Orientado por los pasos del maestro joyero francés, el arquitecto ha respetado los colores y materiales: el oro nervado y los elementos reflectantes. Ha buscado un diseño interior con una base neutra y una iluminación suave, que ayuda a que el verdadero protagonismo lo tengan los platos. Para ello ha empleado “el blanco impoluto de las túnicas árabes o suriyah, que hace de fondo y contraste para la escenografía”.
En el Mix Restaurant, el lujo se convierte en una experiencia. En su concepción, Manuel Clavel ha trabajado mano a mano con el chef y su equipo en su concepción. “Alain Ducasse es un mito viviente que redefinió los límites de la sofisticación en la gastronomía. Su trabajo se basa en la generosidad, en atender al comensal, en la experiencia completa. Por eso también la experiencia del espacio es un complemento tan importante en su visión. La cocina de Alain es un ejemplo de lo sublime, Dubái es la sensación física del lujo, y la arquitectura de nuestro proyecto se inspira en ambas”.
Mocárabes islámicos
Como en los grandes salones de los palacios, en los que una gran lámpara presidía la estancia, en el restaurante de Ducasse el gran huevo dorado ocupa este destacado lugar. El arquitecto no ha dejado nada al azar: los tubos de acrílico transparente que penden del techo recuerdan a los mocárabes, un elemento decorativo que hace un guiño al islam. En esta área, Clavel ha dispuesto capas de espejo que hacen las veces de pared.
En los 500 m2 que ocupa, el color blanco del pavimento contrasta con el púrpura de las alfombras. Además, en este entorno se han distribuido estratégicamente zonas que invitan a los comensales a tomar cócteles de autor o a relajarse con una bebida mientras se espera una mesa.
La privacidad cilíndrica
El restaurante privado Mix cuenta únicamente con 10 mesas, y está unido al principal en el nivel inferior. Un cilindro de 190 m2 en el que todo está pensado al milímetro: las vistas a la bahía de Palm Jumeirah, el techo níveo, la cortina dorada que otorga intimidad a los invitados, el acceso al baño ubicado en el huevo o el bar privado.
Sorpresa interior
Otra de las similitudes que esconde el planteamiento de Clavel con el huevo encargado por el zar a Fabergé, es la sorpresa que aguarda en su interior, a la que solamente se llega por medio de un ascensor: la Mesa del Chef. Este es el lugar más exclusivo, en el que solo un máximo de 12 personas puede disfrutar de un viaje gastronómico en torno a una mesa central. Una vivencia inolvidable a 11 metros de altura.
Las mil y una noches
En el bar-cafetería Mix, se disfruta de una atmósfera más relajada e informal. Allí se goza de unas magníficas vistas del exterior mientras se toma una copa o se degusta una tapa en algunas de sus mesas, dispuestas a modo de islotes. La experiencia evoca el ambiente de Las mil y una noches gracias a un cielo negro reflectante, a las cortinas metálicas — inspiradas en las jaimas de los beduinos— que rodean el espacio, al pavimento de mosaico cerámico y a la iluminación cálida que se filtra a través de una luna tatuada en la parte central.